Y DE CONSCIENCIA QUÉ?
Teniendo en cuenta que el deber primario del periodista es informar los hechos noticiosos, y reconociendo la incidencia de los medios de comunicación en la formación de reacciones y conductas masivas, es urgente el preguntarse si los periodistas como principales multiplicadores de un mensaje, cuestionan escrupulosamente su responsabilidad real en el desarrollo de la consciencia en la humanidad.
Si bien los periodistas en su oficio no deben excluir las características de las noticias, es vital que no se continúe cediendo la responsabilidad que les compete sobre las opiniones o reacciones de las comunidades a las que influyen. Si tenemos en cuenta, que en infinidad de ocasiones su público se constituye en personas sin criterio, o con criterio en formación o en tal estado de entumecimiento que toma como realidad única lo que los medios masivos imparten, su compromiso es aún mayor.
En épocas en que los datos nos invaden sin pedir permiso, es fundamental que el comunicador se cuestione sobre su aporte al espíritu con el mensaje que emite. Y no estoy hablando de la necesidad de espacios reservados para mensajes religiosos, new age, de reflexión o de positivismo; no. Me refiero a cómo desde su ser individual y reflexivo -no autómata y sometido a teorías que le restan creatividad- el reportero se reta a narrar el acontecer noticioso desde un ámbito más integral e incluyente.
De lo que hablo no es de parecer imperturbable o recitar preceptos de los profetas en la materia; no. De lo que me ocupo es de cómo involucrar a la a naturaleza activa del acontecimiento el valor ideal que contribuya a subir un escalón en el espíritu y en la paz de sus receptores. Porque cuando el destinatario del mensaje incrementa su nivel de análisis -gracias a un tratamiento más integral y contextualizado que previamente el informador ha elaborado- tendrá, sin duda, más elementos para revisar sus reacciones sin que estas sean impuestas a su inconsciente o permeadas a su carácter.
Sin dejar a un lado que estamos en un plano en el que la polaridad prima, sí pretendemos contribuir con el desarrollo de la humanidad, es necesario reconocer cuán importante es que el comunicador encadene el acontecimiento desde varios prismas, y no sólo desde el físico o desde la materia. Así sin desvincularse del principal objetivo de su oficio, puede agregar elementos que formen a un espectador más reflexivo, más sensible y más aún, con retos para que el instinto no sea el conductor de sus opiniones o reacciones.
Desde mi convicción de que somos seres espirituales viviendo en un mundo físico, considero que para expandir ese precepto e integrarlo a la sociedad en aras de construir comunidades más sensibles y armoniosas, es preciso ocuparse del componente no físico de nuestra individualidad. Para esto, es vital que agreguemos al narrar la noticia o elaborar una pieza periodística, el estado emocional de las personas -sin abusar con esto de su intimidad o volvernos amarillistas- el paisaje que existe o se siente alrededor del plano noticioso, el papel y función dentro de la escala de la humanidad del protagonista o protagonistas, las causas integrales de un fenómeno físico considerando no sólo la comprobable por aparatos de medición, sino incluyendo también las requisiciones de ambientalistas y de movimientos vigilantes de los cambios físicos del planeta.
Y sin volvernos temáticos o doctrinarios, sino por el contrario por estar al día con las exigencias de una parte importante del planeta que demanda masivamente un ser más espiritual, menos caótico o primario, el nuevo mensaje de responsabilidad con el desarrollo de consciencia debería estar más acorde con el respeto a la integridad personal. Y me refiero con esto a un periodista menos vulnerador del acusado, del rescatado o del juzgado, más responsable con las víctimas y sus causas, más incluyente del entorno, abarcando a las otras especies y formas diferentes de vidas y de conductas.
Los comunicadores a través de los tiempos nos hemos impuesto esa camisa de fuerza que es el paradigma de la objetividad, logrando así extraernos de consideraciones más sutiles como que somos seres compuestos por diferentes cuerpos, distintos al no físico. Evidente es la energía, indudables desde los antiguos son los otros planos. Nicola Tela, Einstein, Da Vinci y tantos eruditos día a día nos corroboran que es prioritario revisar la integralidad del Ser Humano…Y qué hacen activamente a este respecto los medios masivos de información que son un poder irrefutable en los comportamientos de las colectividades que afectan.
Si queremos ser aportantes dinámicos de un mejor mañana, no da espera el preocuparnos por otros campos del conocimiento integral, además de nuestro desarrollo y avance a nivel profesional. Porque de lo contrario seremos unos espejos de la separación del ser y del desequilibrio interior.
Para la muestra un botón. No lo digo yo, lo dijo él, uno de los periodistas más influyentes del hemisferio:
"Siempre termino haciendo llorar a las personas que amo, siempre
termino escribiendo cosas rabiosas que humillan a quienes amo de
veras. Yo siempre he escrito (y peor aún publicado) palabras que
dinamitaban silencio "
Jaime Bayly
Y en
el camino se van sumando
Paso a paso las vamos integrando
En ocasiones con sutileza
En otras, como salvavidas ante el dolor
… las Madres que nos habitan van surgiendo
En un momento las de nuestro círculo toman fuerza. Unas porque deseamos duplicarlas, otras que nos rebotan para no copiar
…Y confrontándonos y observándonos, damos pasos hacia nuestra unificación
Encontrándonos en nuestra
real dimensión al Ser Madres -biológicas o espirituales, creadoras de sueños o
de vidas -
Tras unos pasos de sacudida, inspiradas expandimos nuestra esencia
Para de a poco integrarnos hacia nuestro otro Ser: La fémina
sacra que reposa atenta en nuestra divinidad
… para convertirnos en Madres defensoras de todo lo creado
… para regocijarnos en la esencia de la incondicionalidad materna
… para comprender en amor y ser la expresión parcial del
infinito
… todo dador, todo creador
Y entonces es allí cuando se suman otras Madres
Tal cual la Diosa hindú Jagadamba repletas de dones, las integramos
certeras
… para transformar realidades, cuando activamos nuestro Ser
Trino
… para acunar vida, cuándo reproducimos amor manifestado
… para construir, cuando verificamos lo ilimitado de nuestra
generosidad de género
… para sentir, cuando expresamos lo sensible sutil de nuestro
Universo
Y en comunión
…en el camino se van sumando
Para que seamos una en todas y todas una
Con la Madre Celestial
Con la Madre Tierra
Con la Madre Cósmica
Con todas las Madres poderosas del Planeta !
